Neurosis y fenomenología

INTRODUCCIÓN

PSIKE-Kepa Torrealdea

PSIKE-Kepa Torrealdea

En este artículo quiero plantear algunas cuestiones sobre el hecho neurótico, desde un punto de vista más fenomenológico que academicista. Trataré de plasmar algunas reflexiones y aprendizajes que he ido incorporando, como paciente primero y como paciente y psicoterapeuta después; aún ahora.

El origen del término se encuentra a finales del siglo XVIII y se le atribuye al médico escoces William Cullen quien consideraba la neurosis  como un trastorno general del sistema nervioso que no concurriera con lesiones orgánicas demostrables. Sin embargo, fue Sigmund Freud quien afínales del 1800 introdujo el concepto de psiconeurosis, al albor de sus trabajos sobre la histeria y las obsesiones. En adelante elaboró una clasificación de sumo interés (neurosis de angustia, fóbicas, histéricas, depresiva, etc), que hoy está en desuso, a no ser en ámbito psicoanalítico propiamente.

Dentro del apartado de los trastornos mentales, la neurosis como patología estructural dejó de tener su sitio en los manuales de psiquiatría a partir de la publicación del DSM-IV. En adelante, se hizo una apuesta clara por un ordenamiento categórico y ateórico de los trastornos mentales, bajo la principal guía de los síntomas, signos y síndromes.

Decíamos que  este concepto goza de buena salud en el ámbito psicoanalítico y, por extensión diré que también entre quienes somos conocedores del aporte freudiano y hemos recibido formación suficientemente afín. Y cómo no!!…es de uso coloquial en situaciones sociales corrientes como sinónimo de estrés o alteración nerviosa, etc. Pero con todo ello ¿qué es la neurosis?

 

NEUROSIS: Una definición

En primera instancia, la neurosis es un cajón de sastre en el que entran diversas formas de vivir doliéndose. Tenemos al tiquis-mikis, que sufre por no poder consumar su deseo de perfección, siempre y en cada momento; está el receloso que ve el recodo del camino allá donde solo hay una amplia avenida, el melancólico que solo escucha canciones que mal-acaban, el narcisista que siempre pasa cerca de la tienda de espejos, a pesar de que es el camino más largo para llegar a casa, el distante solitario que dejó de hablar-te y comenzó a susurrar en silencio… y otras tantas formas de adaptación al entorno.

Todas y cada una de estas maneras y otras, con sus muchos matices  de estar conviviendo con uno y con los demás, son el resultado de la biografía ecológica (orgánica, cognitiva, emocional, social…), en la que cada cual participa desde el momento en que es imaginado y más tarde concebido, hasta ese otro en el que muere. Diremos pues, que los ejemplos caricaturizados son formas adaptativas al medio y se caracterizan por patrones discursivos y emocionales cristalizados, ajenos a la consciencia del sujeto

Son simplemente, formas de estar en el mundo, formas surgidas en el devenir evolutivo echando mano de lo que se tuvo a mano. Pero no sólo son conductas; también son forma de pensar (distorsión cognitiva), sentir (sentimiento dominante) y relacionarse (pautas de interaccion). Es aquello con lo que me identifico, aquello que soy para mi y aquello que creo ofrecer a los demás.

Clínica Gestáltica: Metáforas del Viaje. Albert Rams

Clínica Gestáltica: Metáforas del Viaje. Albert Rams

No obstante, uno no se convierte en neurótico por pertenecer a una tribu psicopatológica (Albert Rams. “Clínica Gestaltica”. Ed: La Llave) u otra. Dichas tribus o tipologías, son meramente los trajes de individuo que unos y otras hemos ido calzándonos, habida cuenta de las circunstancias que hemos ido viviendo, en tanto hacíamos para ser vistos.

El hecho neurótico acontece de forma visible y dolorosa cuando el personaje que vestimos hace aguas. Me explico: cuando estresores internos (enfermedad, p.e) y/o externos (perdida de un ser querido, pérdida de empleo, soledad no deseada, p.e), imprimen excesivo peso de tensión, preocupación, desconcierto, miedo, etc, en el psiquismo de un sujeto, en relación a su nivel de tolerancia a tales aspectos; aquel estará en riesgo de caer en una crisis emocional. Es aquí y ahora cuando el sufrimiento emocional aparece, pudiendo así hallarnos ante una crisis neurótica.

 

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS

Como primer principio diré que la neurosis es un proceso de inoculación o aprendizaje por ósmosis vincular. Como tal, supone constancia, dedicación y mantenimiento. Uno acaba siendo neurótico de una forma bastante exitosa al cumplir la programación pa/materno-filial que se le ha aplicado, a través de la palabra, del grito, el gesto o el silencio. La constancia en el reproche, la repetición en la desaprobación, la exigencia o la infravaloración en la mirada, la frialdad en el beso, la moralina sobre el “cómo debes de ser” y otras tantas formas de ¿educar?.

Ingerimos, sin llegar a masticar ni metabolizar, la neurosis de nuestros pa/madres y así somos educados a través de los “debes”, prudencias miedosas, exigencias desmedidas, ausencias dolorosas y demás modalidades de sombra de nuestras primeras figuras de apego.

En segundo lugar, la neurosis es una forma de estar en la vida, una solución de continuidad, para no continuar solo/as (o eso pensamos). Ser alguien, supone ser alguien para ese Otro, bajo cuya mirada crecemos y somos, buscando tras cada paso el gesto de aprobación o el asentimiento que nos reporte un soplo de alivio sutil. Siendo para el Otro, aprendemos a sentir, pensar y relacionarnos, con el propósito de ser querido por el o por ella. Ser para ese Otro, supone consumar un proceso de introyección de aspectos identificatorios o contraidentificatorios, en gran medida inconsciente, de patrones de conducta, nociones de bien y de mal, expectativas de vida y ¿elección? de nuestro destino, etc. En definitiva, desarrollar un guión de vida acorde a un legado ma/parental.

En tercer lugar, la neurosis es un cinturón de castidad, un corsé que nos penetra. Es ponernos los cuernos, es darnos la espalda. Ser para alguien, para dejar de ser para sí y en el fondo y más allá de las interferencias propias de cada sombra, también para ese Otro. La neurosis supone sufrir, porque limitamos nuestra potencialidad de Ser.

Supone haber sido educado, para tener un lugar en el sistema. Elegir un lugar que de haber podido elegir, nunca hubiéramos elegido. Es lo aprendido que se vuelve caduco. Es el programa fijo que aplicamos si o si, a las diferentes situaciones del día a día. Es la parte robotizada y automatizada, rígida por lo inflexible, con el que nos identificamos, diciéndonos “yo soy así, yo pienso así, yo siento así, yo me relaciono así…”.

Es importante aprender a Ser, aunque sea mejor descubrir quien somos, o mejor aún, como vamos siendo en tanto vamos ocurriendo.

Todo esto no choca con lo necesario de contar con datos administrativos (nombre, apellido, lugar de residencia, profesión, aficiones, etc.) a través de los cuales proyectar un rol y tener un punto de auto-reconocimiento con nuestra imagen, ante si y ante los demás. Pero cuidado en confundir “el corta y pega” de nuestro rol-imagen, con “eso otro” que somos (estamos siendo) y ante lo cual solo podemos aproximarnos retrotrayendo la mirada hacia dentro y hacia fuera, de forma pendular y atenta, en aras a ir asentándonos en el borde del ir-y-venir, para ir aprendiendo a mirar desde ahí,…que siempre será un aquí.

Estábamos pues en que lo aprendido cuando está revestido de automatismo y de repetición en ausencia del ejecutante, te aleja de ti, me aleja de mi. Si se funciona así, se pierde contacto con el potencial y con la necesidad. Digamos, más bien, que actuamos sin habitarnos, percibiendo nuestra “hacer-sentir-pensar-relacionarnos” como nuestra naturaleza, cuando en realidad, solo es nuestra máscara.

La toma de conciencia de la falta, de la herida, abre la posibilidad de iniciar un trabajo de redescubrimiento, un viaje expedicionario, que de porfiar en él, apostando por recorrerlo, te permite llegar a recuperar el contacto con la planta de tus pies, a sentir el latido de tu pecho y degustar más espacio dentro de tu piel. Puedes llegar a ser más orgánico y así transitar por la experiencia de Ser de una forma más atrevida y amorosa y no experimentada antes. Sigues incompleto, pero no duele tanto. Sigues deseante y ello te anima a buscar y cuestionarte. Te mueves porque nunca llegas, pero “haces camino al andar”. Si a lo largo de ese trayecto aprendes a ser testigo y partícipe del viaje de tu vida, tendrás momentos de libertad, podrás comprender “algo” no “visto” hasta ese instante. Si practicas la experiencia del percatarte y te planteas el reto de ser más participe de ti, estarás cada vez más ante lo que surge ¡ya!, sutil, “por lo bajinis…”, “casi inaudible, invisible, imperceptible…”.

Afinarás el diapasón.  Sigues necesitado después de todo, pero puedes alcanzar cotas de bienestar de esa otra manera que solo se conoce cuando se llega. ¿Pero cómo iniciar el camino?

 

APOYANDO EL CAMBIO (para pacientes en terapia)

PSIKE y psicoterapia

PSIKE y psicoterapia

Diré que para iniciar el camino de revisión es necesario DESEAR.  Es necesario querer hacerlo y para querer hacerlo, es necesario mascar polvo, estar mal y querer sobreponerse. Uno se plantea iniciar una terapia para arribar en un lugar mejor, quizás lograr una nueva posición interna ante si y ante el mundo.

En definitiva, podemos empezar la terapia con un deseo interno de  acabar encontrando la fórmula para dejar de sufrir, sin comprender que un psicoterapeuta no es precisamente un anestesista, sino más bien alguien que te acompañará en el trayecto, tanto como tú le permitas que te acompañe (y no me refiero solo al tiempo cuantitativo) y junto con quien palparás estancias propias que han estado desconocidas, al haber vivido en la penumbra del miedo o la represión. En ese trayecto comprenderás muchos “porqués” tuyos.

Descubrirás las causas de tus habituales automatismos, tus redundantes diálogos internos, de tus spams molestos, de tus bajadas y subidas, de tus enganches habituales También aprenderás a convivir con el desconcierto y la aridez, a apreciar más lo pequeño, a ser curioso por la vida y las gentes. También aprenderás eso que yo no sé y tu llegaras a saber, porque eres TÛ quien recorre TÙ camino con el enfoque de TÙ mirar.

Si los humanos no tuviéramos capacidad de INSIGHT , la terapia carecería de objeto alguno, ya que en ella buscamos encontrar algo nuevo que aporte luz. Comprender es una de las finalidades de toda terapia. Comprender nos abre a la posibilidad de cambio. Comprender es un inestimable alimento en momentos-desierto, sin embargo, no es suficiente para asentar dicho cambio.

No basta solo con el darse cuenta. También hace falta sacar cuentas, asumir la tarea del cambio y generar mis propias respuestas ante “eso que he visto”. Alerta y responsabilidad. Los automatismos, funcionan con tenacidad y si desconectas (por apatía, por un modus vivendi agitado o por una actitud de huida ante el silencio, entre otras razones), te vuelven a revestir.

Aquí me atrevo a plantear una sugerencia de trabajo, siendo consciente de que no hay nada mejor que aquello que se ajuste a la cintura de cada cual. Por mi parte, entiendo que una forma de vérselas con el problema de la máscara neurótica, está en el propio problema. Me explico.

 

El hábito hace al monje.

Cabe pensar sobre esta cuestión de forma paradójica. El hábito-ropaje, viste al monje. En la misma medida, el hábito-ropaje penetra su significado en la desnuda piel, entrando a ser segunda piel, por hábito. Ósea: por repetición. Esta sería la primera parte de este camino: el repetir, hasta generar una segunda naturaleza o dicho con mas acierto: una sensación de familiaridad. Si me visto el habito, habitualmente ocurrirá. Georgio Nardote, proponía en una de sus conocidas estratagemas la siguiente prescripción: “si no tienes Fe, reza como si la tuvieras y la Fe llegara” (“El arte de la estratagema”. G. Nardote. Ed: Paidos).

Se trataría pues de la mirada. Vemos el mundo externo con las dioptrías propias de nuestro mundo interno y así, enfocamos aquello que sale de nuestros ojos. Aquí se trataría de que pudiéramos experimentar una mirada distinta. ¿Pero acaso así no estamos tratando de autoimponernos aquello que no nos surge de natural? ¿Se trataría de reír cuando estamos tristes o de llorar cuando estamos alegres? ¿Se trataría de creernos una mentira; de darnos la espalda (una vez más)? ¿Estamos hablando de adoctrinarnos? ¿Autosugestión quizás? ¿Psicología del YO?

No, no va por ahí. No hay sugestión, si hay conciencia del movimiento que se elige hacer. Y es aquí donde hago mención a la segunda parte de este camino que propongo: La elección consciente como respuesta.

Vamos a ilustrar el alcance y matiz de las ideas recogidas en este apartado, valiéndonos de un ejemplo médico habitual. Veamos:

…Un paciente aquejado de una posible psoriasis consulta al médico en busca de una solución a su problema. El médico le manda hacer analíticas concretas para detectar posibles intolerancias a alimentos. A la postre, los resultados señalan una reacción de intolerancia a los carbohidratos…”

Bien, tras los resultados positivos ofrecidos por el test, el paciente sabe cuál es el camino a seguir para reequilibrar la salud de su piel: una dieta adecuada. Ahora la pelota está en su tejado. El darse cuenta o insight – salvando las distancias con un insight de cuño propio-; ósea la evidencia de que el positivo dado pueda ser la clave de sus problemas dérmicos, le coloca en la tesitura de tener que sacar cuentas y generar sus propias respuestas (responsabilizarse).

En este caso y yo creo que en todos, la apuesta por la mejoría supone honestidad con uno mismo, capacidad de auto-perdón (porque tenemos derecho a caer) y constancia en la tarea. El entrenamiento se convertirá en natural si nos habituamos a él y somos autores del gesto. Si no lo olvidamos, si lo ensayamos, en tanto estamos presentes en el ensayar. Esto lo saben bien los maestros del taichi y/o de la meditación. Se trata de forjar una sabia autodisciplina consciente, que no una autoexigencia descalificadora. También se trata de mirada en esta cuestión.

Decía también Rudolf Nureyev: “…puedo disfrutar del arte del danzar, una vez domine la maquina de expresión ósea: mi cuerpo” (“El País” Nov-1998). Algo similar, aunque en otras palabras, se le atribuye al pintor malagueño Pablo Picasso. Dicen que una periodista le interpeló al respecto de su inspiración. Este, con la mirada clavada en su interlocutora zanjo: “la inspiración siempre me pilla trabajando” Claro que él disfrutaba con lo que hacia; aunque yo diría que “acaba gustando aquello que se hace propio “(“La sexualidad”. Michel Meignan. Ed: Sirio).

Elijamos el camino. Paradójicamente, muy a menudo, el mejor nunca es el más fácil. Exploremos en él y hagámoslo propio con presencia, porque la infelicidad también es un habito que ha tomado cuerpo de tanto haberlo repetido, generando en nosotros la falsa experiencia de que siempre ha estado ahí. También es un logro ser infeliz, ya que logro es aquello que se ha conseguido.

Consigamos lo contrario, por alerta-elección-integración-alerta. Quizás así, podamos experimentar sin esperar tanto del exterior.

Emoción y cambio psicológico

PSIKE-Kepa Torrealdea

PSIKE-Kepa Torrealdea

Algunas notas de contexto…

Tras el descubrimiento freudiano del inconsciente como lugar de lo reprimido y origen del hecho neurótico, hubo autores que avanzando en diferentes modos de acercarse a ese núcleo, abrieron vías que sin denostar el análisis y el uso de la asociación libre como método, dirigieron más decididamente su atención hacia el hecho corporal como lugar de exploración.

Entre ellos cabe mencionar a Wilheim Reich quien con su teoría de la coraza caracterológica se separó de la ortodoxia psicoanalítica de su tiempo, señalando lo corporal como lugar del inconsciente. El atrevimiento y la creatividad de este psicoanalista austríaco, creó el impulso necesario para que otros autores posteriores ahondaran en la idea de que el cuerpo lejos de ser una maquina biológica, también hacia las veces de receptáculo y guardián de la conflictiva psíquica.

Alexander Lowen con su modelo bioenergético de análisis y tratamiento del hecho psíquico y habiendo asimilado nociones clave de la eutonía de Gerda Alexander, fue otro de los psicoanalistas que continuo con la tarea de desarrollar modos de abordaje corporal.

Cabe hacer una mención particular al psicoanalista germano Fritz Perls, quien se erigió en el guru del movimiento humanista de los 60. Apeló a la necesidad de dar un cambio radical en el modo de hacer psicoterapia, en un contexto socio-cultural revolucionario lo que propicio una importante acogida de sus métodos. Lo corporal, el trabajo grupal, la confrontación como modo de trabajo, las sesiones rápidas, la comunidad terapéutica, el trabajo de polaridades, etc, formaron un pack trasgresor y gozosamente alternativo a la ortodoxia psicoanalítica, que en su seno ya venía experimentando, de tiempo atrás, la disidencia de algunos nombres propios, pero en ningún caso de un modo tan claro y manifiesto como el propiciado por Perls.

Son muchos los autores que han ejercido de adalides del desarrollo psicoanalítico hacía lo corporal, pero Reich, Lowen y Perls son quizás los que han tenido una presencia más mediática en este camino.

Siendo claras, en algunos aspectos, las diferencias entre estos autores, si me atrevo a señalar que los tres comparten la importancia de un hecho fundamental en el trabajo psicoterapéutico: el factor emocional.

Si bien la teoría psicoanalítica desde sus inicios había otorgado un lugar de privilegio al mundo de lo afectivo, la aparición de lo vivencial en la cura analítica no parecía fácil, visto el marco analítico (tumbarse en el diván para asociar libremente, de espaldas al analista, sin contacto visual ni corporal con él/ella). La irrupción de contenidos emocionales así, no parecía contar para algunos autores con un marco facilitador, dejando el peso de la cura en el análisis de lo emergente en la libre asociación, sin que lo emocional emergible pudiera fácilmente manifestarse en su verdadera dimensión y procurar profundidad.

Una replica interesante a esta reflexión proviene de quienes plantean que la manifestación brusca de las emociones lejos de ser terapéutico, esté más cerca del acting y, en definitiva, de la resistencia al encuentro más sutil y verdadero con aquello que la propia explosión emocional pueda oculta tras de si.

Se me ocurre pensar que la verdad pueda estar (una vez más) repartida; ósea: que quizás no sea bueno anclarse pertinazmente en la exploración de ideas, recuerdos, ocurrencias, sueños, etc, obviando el encuentro con el otro, su mirada y su contacto o pasando por alto el contacto con el propio ser. Pero tampoco creo que sea bueno, buscar permanentemente la catarsis, la explosión, el surgimiento del dolor como señas de limpieza de lo interno reprimido.¿Porque no una integración de lo más útil (y sutil) de cada propuesta?

¿El surgimiento de contenidos emocionales, en sesión, es prueba veraz de que se está tocado un territorio psíquico sensible? Vayamos por partes.

 

La cosa práctica…

A través del darse cuenta o insight, nos asomamos a la comprensión inédita de algo no visto antes, lo cual nos da opción de operar un cambio, un avance. Ese momento siempre va acompañada de emoción y de sorpresa. La emoción puede ser silenciosa y profunda, de alegría y expansiva, de sonrisa de destello y confort, contemplativa y relajante, y siempre es sorpresiva, incluso cuando es dolorosa y desgarradora. Puede darse de formas y modos diversos; no obstante, siempre es personal y subjetiva. Lo notas, lo tocas, lo sientes obvio y las palabras se quedan cortas si buscas explicarlo. ¿Si? Nadie te ha llevado a ese lugar de encuentro; has llegado tú, y en todo caso, has contado con compañía. Una compañía que no te ha quitado la autoría del logro, porque el/ella (el/la terapeuta) es consciente que solo sabe de sus alcances, que no de los tuyos.

Si bien decimos que el insight irá acompañado de emoción y sorpresa, también sostenemos que no siempre la emoción y la sorpresa van acompañadas de un insight o comprensión. Sabemos que la emoción es contagiosa; no tenemos más que entrar en una sala de meditación para sentir el silencio emocionado del lugar, o asistir a un funeral y empaparnos del dolor de los familiares afligidos, o zambullirnos en las gradas del campo de fútbol de nuestro equipo y fundirnos por los cánticos, gritos, sustos y alegrías, etc. Diremos que emocionarse es sano, bueno, barato y nos hace sentir que compartimos un lenguaje común: la energía de la emoción.

Bien; pero no confundamos la purga emocional con la autopercatación emocionada de algo novedoso. Cabe pensar que el insight nos ayuda en el camino de la individuación, en tanto la manifestación de la emoción debida a contagio compartido nos habla más de un fenómeno fusional, en ocasiones tan bien acogido por aquello de que nos hace sentir acompañados (que ni tan mal…)

Considero que en el camino del desarrollo personal e independientemente del modelo teórico de base, es importante prestar atención a algunos aspectos.

El descubrimiento es individual

PSIKE- Autoanálisis

PSIKE- Autoanálisis

El cambio entendido como movimiento propio desde un posición interna de si hacia otro posición distinta, tendrá sentido y sumará en el saber propio del sujeto, en tanto venga precedido por una suerte de apertura (“eureka!!!”) hacia lo nuevo. Entiendo que difícilmente se logrará ese klick por el influjo de recetas de autoayuda (p.e:“tienes que aprender a expresar lo que te preocupa), conmovedoras frases (“conócete a ti mismo…”) o arengas propias de los métodos motivacionales (p.e: ánimo que te queda poco!!!…).

No digo que ésto no sirva. Lo que digo es que de aplicarse, habrá que hacerse a conveniencia, que no a discreción. Como ayuda en tal o cual momento, por alguna razón de proceso, pero no como modo principal de intervención.

Tipología & Subjetividad

PSIKE-Eneagrama

PSIKE-Eneagrama

Las tipologías nos acercan al hecho de que el comportamiento de cada cual, su forma de entender las relaciones, de enamorarse, de sufrir o de buscar las vías de afrontamiento ante retos vitales, por ejemplo, tiene aspectos comunes con las de otras personas. Nos pone de relieve nuestras particularidades compartidas. Nuestro vertiente de sujeto social.

Modelos que abordan el estudio de las tipologías psicológicas, hay un montón. A mi el que más me ha cautivado es el eneagrama, por su versatilidad y potencia. Quien lo conozca, habrá podido comprobar en propias carnes lo bueno de éste método como vía de conocimiento y trasformación del caracter (o forma de sentir, pensar, relacionarme). En ocasiones desde un lugar lejano de auto-percatación hacia otro intermedio, en el que en tanto te das cuenta de tus dolores, vergüenzas, disimulos y autoengaños, cuentas con el sostén de compañeros y compañeras que han atravesado similares territorios, ante lo cual el dolor del descubrimiento es mitigado y compartido con alivio y sostén.

Es muy descansado sentirse acompañado (en un apartado anterior hablamos de fusión) en el tránsito, o similar a ese o aquella persona en mis dificultades. Produce alivio no saberse el único, sino uno/a más de los vanidosos, orgullosos, solitarios, envidiosos, cobardes, escapistas y demás pasiones tan humanas,etc. Pero la cosa no acaba ahí, en ese islote fraternal de lucha compartida. Al final no queda otra que vérselas con uno mismo, en ese lugar de abismo que recuerda al INICIO y al FINAL.

Insight & Sugestión

No es lo mismo darse cuenta, como experiencia holística, que pensar que me he dado cuenta. No es lo mismo llorar (léase aquí cualquier expresión emocional) por comprensión de algo que me emociona, que llorar por que me han dirigido a un lugar universalmente emocional, proponiéndome sutilmente que “…por ahí parece que hay un tema sin resolver…”.

No es lo mismo sentir un insight a que me digan que he tenido uno. No es lo mismo que yo interprete a que hagan una interpretaciónm.

PSIKE-Insight

PSIKE-Insight

El insight es integración emocionada nacida de mí. La sugestión te sitúa en un lugar ajeno a tu decisión, en el que no eliges lo que te ocurre.

Es bueno que el ámbito de la psicoterapia aglutine aportes alternativos. Es bueno que cualquiera de tales aportes, nos ayude a asumir la autoría de nuestra vida y su  trascurrir. Precisamente por ésto, conviene estar atentos/as de tantos terapeutas que, a sabiendas o sin saber,  se erigen en guías, gurús, brújulas de lo que te ocurre, por donde y como debes de transitar. Son los mismos que hacen escaparatismo de métodos trasformacionales en formato “cambio radical en poco tiempo y sin sufrir” -que no digo que haya que sufrir gratis, pero en fín…- (“oye me he enterado que fulanito hace un tipo de terapia que funciona  y cambias una pasada y…bla, bla, bla). Métodos con venta exitosa en tiempos de incertidumbre y necesidad de buena noticias, pero que a la postre tan sólo logran tenernos sugestionados, mirando cual es el siguiente curso para flipar (como quien va de compras), despistados/as y lejanos/as del sentido del AQUÍ Y AHORA de cada cual.

Para concluir diremos que la emoción es necesaria para el cambio psíquico, pero siempre que vaya unida al insight, lo demás será un ejercicio de comunión afectiva.

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